Cambio y Capacitación Laboral
Cambio y Evolución en la Formación Laboral: Un Recorrido Histórico
Por Bibiana Sandra Misischia
El mundo de la producción y el trabajo ha experimentado transformaciones a lo largo de la historia, entrelazándose con el ámbito educativo. La evolución en la división del trabajo, los avances tecnológicos y el desarrollo científico ha influido en la forma en que nos formamos para desempeñarnos laboralmente. La relación entre formación y producción ha sido motivo de tensiones y conflictos, llevándonos a considerar la formación en y para el trabajo como un proceso no solo de adaptación sino también de cambio.
Es crucial realizar una síntesis de este recorrido histórico, trascendiendo el análisis de la capacitación empresarial y abarcando la formación en el ámbito laboral. Examinar cómo los cambios se sucedieron a lo largo del tiempo nos permitirá analizar la relación del adulto con la capacitación, tanto proporcionada por la empresa como por asociaciones de trabajadores. Además, exploraremos cómo estas interacciones se conectan con el conocimiento y el papel del cambio en este contexto.
Desde el siglo XI hasta el XIX, observamos un cambio significativo en la enseñanza, pasando de una enseñanza corporativa a una enseñanza escolar. M. Carton señala que mientras en el Medioevo la enseñanza y la reproducción del sistema estaban controladas por los mismos formadores, en la era escolar, la gestión pasa a estar a cargo del Estado y las fuerzas sociales que lo controlan. La enseñanza corporativa, directamente relacionada con el trabajo, da paso al sistema escolar, marcando la aparición del mercado laboral.
En el siglo XIX y principios del XX, surge el desarrollo de la educación popular y la promoción social individual, vinculada a los cambios en la situación profesional. La crisis económica entre las dos guerras mundiales impulsa sistemas de formación profesional, donde la educación formal se vuelve necesaria pero no suficiente.
La década del ’50 presencia una llegada masiva al mercado de trabajo de mano de obra con calificaciones escolares generales. Se plantean problemas relacionados con las necesidades productivas y, en este contexto, emergen las ideas de formación continua y educación permanente. La relación entre formación y trabajo se redefine, no con referencia al modelo escolar, sino a la empresa.
En este panorama, la confrontación y negociación sobre el trabajo y la formación resurgen, centrándose en el control de la interacción entre ambos. La relación entre formación y trabajo ya no se limita a la solicitud individual de formación, sino que implica una oferta institucional en relación con las posibilidades de empleo, las descripciones de los puestos de trabajo y las calificaciones requeridas, todo ello bajo la influencia de los cambios tecnológicos y las crisis económicas.
Este análisis nos invita a reflexionar sobre la constante evolución de la formación laboral, su adaptabilidad a los cambios sociales y económicos, y la interconexión dinámica entre educación y trabajo a lo largo del tiempo.
Cambio y Desarrollo en la Formación Laboral: Un Análisis Profundo
En el actual escenario de competencia entre bloques económicos, la educación y los conocimientos desempeñan un papel crucial. Las nuevas industrias dependen cada vez más de la organización del conocimiento y el aprendizaje, superando la relevancia de los recursos naturales, el territorio o la materia prima.
Louise Thurrow, en su obra «La guerra del siglo XXI», resalta la importancia de las cualidades de la fuerza laboral como el principal recurso competitivo del siglo XXI. En este contexto, las organizaciones se transforman en redes de conocimiento, conectando necesidades con recursos en cualquier parte del planeta.
Estamos inmersos en un cambio de una etapa industrial a otra dominada por la información. En este panorama de rápidas transformaciones, la problemática del desempleo se intensifica, surgen nuevas demandas tecnológicas y organizacionales, y se imponen requisitos de servicio y calidad en medio de la incertidumbre.
En este contexto, Antonio Gallart plantea un cambio de enfoque de las calificaciones a las competencias. Estas se definen como el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes utilizadas para resolver situaciones específicas de trabajo. Ante los cambios tecnológicos y organizacionales, la formación continua se vuelve esencial para adaptarse a las nuevas necesidades laborales y aumentar la profesionalidad y flexibilidad.
En este escenario, la capacitación brindada por empresas o agrupaciones de trabajadores se convierte en un recurso dinamizador. Este proceso de aprendizaje adaptativo, esencial para la supervivencia en el mercado laboral actual, plantea la necesidad de adaptarse para perdurar.
La formación de competencias implica un proceso único para cada adulto, ya que no solo se basa en la experiencia profesional, sino también en las experiencias sociales y personales, dando forma a una trayectoria profesional única. La diversidad de perfiles en el ámbito laboral hace que cualquier empleado, desde el presidente hasta el operario, pueda ser un sujeto que aprende y enseña.
La capacitación se vuelve una obligación en el desarrollo organizacional, ya que la introducción de nuevas tecnologías requiere la adquisición de nuevas competencias para asegurar la supervivencia y transformación de empleos y organizaciones a largo plazo. La reflexión estratégica se convierte en una necesidad en medio de la complejidad de este proceso.
Sin embargo, es fundamental reconocer que la capacitación no genera cambios en la cultura organizativa. La cultura organizativa, definida como un patrón de supuestos básicos que un grupo inventa para enfrentar sus necesidades, condiciona los aprendizajes. La capacitación puede contribuir a que la organización se modifique a sí misma, cuestionando sus propios aprendizajes y promoviendo la reflexión en la acción.
En última instancia, la capacitación puede ser un factor determinante en la creación de organizaciones inteligentes, donde los sujetos aprenden en un entorno complejo y se reconocen a sí mismos en esa complejidad. Así, la adaptación y el cambio se vuelven posibles cuando la capacitación colabora con la organización en su camino hacia la inteligencia en medio de la complejidad del entorno laboral actual.
Datos del autor: Bibiana Sandra Misischia es Licenciada en Ciencias de la Educación y especialista en formación de adultos y tecnología educativa, con una amplia experiencia en áreas de capacitación y desarrollo en diversas empresas.