Paralenguaje en la Comunicación No Verbal
La evolución hacia una comprensión más integral de la comunicación
La comunicación humana, un fenómeno complejo y multifacético, va más allá de las palabras habladas o escritas. En este contexto, la comunicación no verbal emerge como un componente esencial, a menudo pasado por alto en el ámbito lingüístico.
Históricamente relegada a un segundo plano, esta forma de expresión no lingüística ahora está atrayendo la atención merecida en el ámbito de la investigación.
Este artículo se sumerge en la importancia del paralenguaje y otros elementos no verbales en la comunicación, explorando su papel intrínseco en la comprensión y producción del lenguaje significativo.
Desde la estructura tripartita de la comunicación hasta la influencia de la cultura en los gestos, examinaremos cómo estos aspectos desempeñan un papel crucial en nuestra interacción cotidiana.
Explorando el Lenguaje Silencioso: El Papel Fundamental del Paralenguaje y la Comunicación No Verbal
La comunicación no verbal ha sido históricamente relegada a un plano secundario debido a su carácter marginal en el ámbito lingüístico. Hasta ahora, los estudios filológicos se han centrado principalmente en aspectos lingüísticos, sin prestar atención a elementos más allá del ámbito lingüístico en sí. Sin embargo, en la actualidad, se están llevando a cabo numerosas investigaciones que consideran la comunicación no verbal como intrínsecamente vinculada a la comunicación verbal.
Según Cook (1989:6), «Hay más en producir y entender un lenguaje significativo, en comunicarse, que saber cómo hacer o reconocer oraciones correctas.» El proceso comunicativo implica una serie de elementos, no solo verbales. Como señalan Álvarez et alii (2003:32), «El usuario del lenguaje emplea diversas habilidades en el análisis de la comunicación.» Cualquier análisis del fenómeno comunicativo debe necesariamente abordar los elementos no verbales (Birdwhistell, 1972:383-4), ya que el componente no verbal, junto con el componente verbal, constituye la COMUNICACIÓN. La comunicación sigue una estructura tripartita que Poyatos (2002a:xv) denomina «estructura triple básica» o «la realidad triple audible y visual del discurso», que incluye lo que decimos (palabras con rasgos prosódicos básicos), cómo lo decimos (paralenguaje) y cómo lo movemos (kinésica).
La importancia del paralenguaje se reconoció desde el trabajo pionero de Smith (1953), quien, en The Communication Situation, incluyó el lenguaje, la kinésica y las vocalizaciones en el sistema comunicativo. Para Poyatos y otros investigadores, la comunicación utiliza canales lingüísticos, paralingüísticos y kinésicos. Según Mehrabian (1972), comunicamos un 7% a través del canal verbal, un 38% a través del canal paralingüístico (elementos acústicos no verbales) y un 55% a través de la kinésica (elementos visuales corporales), destacando la importancia de los factores paraverbales en la comunicación.
La comunicación no verbal desempeña un papel crucial al sustituir, contradecir, enfatizar o regular los mensajes verbales. Estudios indican que los mensajes no verbales son más confiables cuando hay contradicción con lo verbal. La comunicación no verbal ha cobrado relevancia gracias a los estudios interculturales que comparan patrones kinésicos en diferentes lenguas y culturas. La conclusión es que no todos los gestos son universales y deben enseñarse, dependiendo de la cultura de cada lengua.
Además, la comunicación no verbal se ha estudiado más debido a la creciente atención en los métodos de enseñanza de segundas lenguas. En el enfoque comunicativo, es necesario aprender tanto elementos verbales como no verbales para alcanzar una competencia comunicativa óptima. La transferencia de elementos no verbales de una lengua a otra puede llevar a errores, lo cual también sucede con el paralenguaje.
La solución para que los alumnos sean competentes en una lengua implica el uso equilibrado e integrado de elementos lingüísticos y no lingüísticos, practicando situaciones reales de comunicación. La adquisición simultánea e interactiva de elementos verbales y no verbales es esencial para una comunicación fluida en una segunda lengua. (Álvarez, 2002a:18)
CONCLUSIONES
En este extenso viaje a través del paralenguaje, hemos descubierto sus raíces, su influencia biológica y antropológica, y su análisis desde diversas disciplinas. Concluimos resaltando la importancia de comprender y apreciar el paralenguaje enriquecedor que teje la complejidad de la comunicación humana.
La comunicación no verbal se revela como un pilar fundamental en la interacción humana, enriqueciendo y complejizando nuestra comprensión del proceso comunicativo.
Desde los matices del paralenguaje hasta la diversidad cultural de los gestos, cada componente no verbal contribuye de manera única a la expresión y recepción de mensajes.
La evolución hacia una comprensión más integral de la comunicación implica reconocer que va más allá de las palabras, abrazando la riqueza de los elementos no verbales.
Al considerar el paralenguaje y otros factores no verbales, estamos equipados para descifrar las complejidades de la comunicación humana, trascendiendo las barreras lingüísticas y enriqueciendo nuestras interacciones interculturales y educativas.