La Empresa Viviente
Arie de Geus, en su obra «La Empresa Viviente», examina la longevidad de las organizaciones y establece una clara distinción entre las «compañías vivientes» y las «compañías económicas». Las primeras son aquellas que buscan no solo la rentabilidad, sino también el desarrollo de una comunidad que perdura en el tiempo. De Geus argumenta que, al igual que los seres vivos, estas organizaciones deben aprender, adaptarse y evolucionar para sobrevivir en un entorno empresarial cambiante.
Características de las Compañías Vivientes
- Orientación a Metas: Estas empresas están comprometidas con su propia supervivencia y crecimiento, actuando para preservar su existencia y expandir sus actividades.
- Sensibilidad: Tienen conciencia de su identidad y de los miembros que las componen, lo que les permite entender mejor su entorno.
- Apertura: Mantienen relaciones con el mundo exterior, influyendo y siendo influenciadas por él.
- Ciclo Vital: Reconocen que tienen un tiempo de vida limitado, lo que les impulsa a actuar proactivamente para asegurar su futuro.
Aprendizaje y Adaptación
De Geus enfatiza la importancia del aprendizaje continuo dentro de estas organizaciones. Las compañías vivientes son capaces de prever cambios y adaptarse a ellos, lo que les permite sobrevivir durante siglos. Por ejemplo, la empresa sueca Stora ha logrado mantenerse relevante a lo largo de siete siglos al transformarse según las necesidades del mercado.
Sistema de Valores
Estas organizaciones cuestionan constantemente su sistema de valores en relación con la sociedad en la que operan. Fomentan un sentido de comunidad donde los empleados se sienten valorados y comprometidos con los objetivos organizacionales. La rentabilidad se convierte en un medio para alcanzar la verdadera meta: la longevidad y el desarrollo continuo.
«La Empresa Viviente» no solo es un análisis sobre cómo las empresas pueden perdurar en el tiempo, sino también una guía sobre cómo cultivar un entorno organizacional que fomente el aprendizaje, la adaptación y la cohesión entre sus miembros. De Geus nos invita a ver las empresas como entidades vivientes que requieren atención y cuidado para prosperar en un mundo competitivo y en constante cambio.
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