Mercado Laboral en América Latina

Por Fernando Vigorena Pérez

La Consultora Entrepreneur de Santiago hizo un estudio «Mercado Laboral en América Latina» en 2003 sobre por qué estamos viendo cambios importantes en cómo se genera trabajo. Resulta que las empresas ahora están más en modo «proyecto» porque ya no tienen clientes fieles que les garanticen ingresos todo el tiempo. Para ser competitivas, están dejando atrás la idea de ofrecer empleos fijos y seguros.

Análisis

Aquí van las conclusiones:

  1. Las empresas ahora operan más como proyectos porque no tienen clientes fieles para un ingreso permanente. Dejan atrás el contrato social que las obligaba a ofrecer empleo fijo y seguro.
  2. El empleo tradicional está disminuyendo en todo el mundo. Se perdieron empleos fijos, pero se crearon nuevas organizaciones en servicios, educación, comercio, finanzas, internet, etc.
  3. El empleo, creado en la sociedad industrial, no es tan necesario en la sociedad del conocimiento. Ahora, los empresarios buscan alianzas con ex empleados, freelancers y servicios externos para ser más flexibles. Podemos producir sin mano de obra, pero no podemos consumir sin empleo. Una paradoja del siglo XXI.
  4. La gente entra a las empresas pensando en empleos fijos, pero participa en proyectos que continúan solo si van bien. Aumenta la rotación, y las empresas reconocen y demandan más flexibilidad.

5. De alguna manera las empresas están siguiendo el siguiente camino:

  • De alguna manera las empresas están siguiendo el siguiente camino: Un 50 por ciento de ellas está decidiendo tener la mitad de la gente con la que trabajan ahora y haciendo outsourcing de sus medios.
  • Otra mayoría reduce los sueldos y aumenta las obligaciones a los que se quedan.
  • Esperan que los sobrevivientes produzcan mucho más que todos los que operaban antes la empresa.
  • Cambian trabajo rutinario, que es la mayoría, por tecnologías computacionales, software de gestión, etc.

El propio Charles Handly, uno de los mayores pensadores sociales del mundo, aún no muy conocido y leído en nuestro continente, señaló hace un tiempo: «A principios del siglo XXI, menos de la mitad de la fuerza laboral en el mundo industrial contará con un empleo».

    6. En Latinoamérica, una gran cantidad de personas ya no trabajan en empresas industriales, sino de servicio, en comercio, en intermediación, etc.

    La era fabril está agonizando, las industrias ahora ya no fabrican; en su mayoría, arman, externalizan producción, unen, en síntesis tienen clientes. Benetton, la mayor textil del mundo, no fabrica nada ni vende nada. No fabrica nada porque externaliza la producción y no vende nada porque usa el sistema de franchising para que otros lo hagan.

    En este contexto, ¿qué es lo que las empresas requieren entonces de las personas, de los profesionales, de todos nosotros? Por lo visto, cada día menos empleados de 9:00 a 6:00 y cada vez más gente que solucione problemas, que agregue valor, que sea capaz de innovar para satisfacer un mercado repleto de buenos productos, precios bajos, buena calidad y sobreoferta.

    7. Las empresas compran ahora el resultado de tu tiempo, no tu tiempo. Por lo tanto, si dejas de agregar valor te cambian. La idea entonces es mejorar la versión de uno mismo, de uno como producto, ver qué voy a ofrecer a mi empresa, cuál es el valor agregado que voy a dar para que mi organización me siga considerando rentable.

    8. De alguna manera, las empresas están tomando el siguiente camino:

    • Un 50 por ciento de ellas decide reducir a la mitad su personal actual y externalizar sus operaciones.
    • La mayoría restante disminuye los sueldos y aumenta las responsabilidades de los empleados que permanecen.
    • Se espera que los sobrevivientes sean mucho más productivos que todos los empleados anteriores de la empresa.
    • Cambian tareas rutinarias, que son la mayoría, por tecnologías computacionales, software de gestión, etc.

    9. Para el trabajador, el desafío consiste en enfrentar la tecnología que reemplaza rápidamente el trabajo rutinario y manual, requiriendo un nuevo tipo de capacitación que fortalezca mentes en lugar de brazos.

    Las empresas nos están diciendo implícitamente: ¡no queremos solo tu lealtad, queremos tu rendimiento! El profesional actual debe aprender a gestionarse a sí mismo como si fuera una empresa; ser un proveedor en lugar de un empleado, capaz de negociar, traducir, interpretar, capacitar, conectar y ofrecer servicios.

    En resumen, tres características clave son necesarias: ser empleable y descartable, tener una mentalidad de proveedor independiente y poseer un alto grado de flexibilidad.

    Sin duda, estamos evolucionando de carreras basadas en empleos a carreras basadas en el trabajo. Sin embargo, para lograrlo, debemos modernizar las leyes laborales que ya no se ajustan a los tiempos que vivimos, así como cambiar el paradigma que nos obliga a ofrecer empleo fijo.

    10. Es momento de romper con el antiguo disco de vinilo a 33 1/3 RPM que sigue sonando sobre la recuperación del empleo a partir del crecimiento económico. La nueva sociedad del conocimiento generará muchos menos empleos que la sociedad industrial, pero ofrecerá mucho trabajo.

    Por lo tanto, necesitamos crear nuevas oportunidades, fomentando una gran campaña emprendedora que dé lugar a nuevas empresas y genere más empleo de valor, menos orientado a la industrialización básica. Esto implica fomentar una generación empresarial que asuma riesgos, cree nuevas oportunidades y otorgue más importancia a los índices de nuevas oportunidades que a los de desempleo.

    La solución no radica solo en los anuncios de las autoridades para flexibilizar el pago de deudas de pequeños y medianos empresarios, sino también en reinventar sus negocios para que tengan sostenibilidad global en el tiempo. Las medidas adoptadas hasta ahora son como tratar de reducir el alcoholismo reduciendo el tamaño de la botella.

    Necesitamos nuevos emprendedores con ideas sostenibles y creativas, respaldados tanto por el Estado como por el sector privado. También es crucial contar con capital de riesgo.

    Dado que estos valientes aventureros no abundan en nuestro continente, es esencial generar incentivos para la creación de nuevas empresas, implementar nuevos sistemas de capacitación, promover la educación universitaria y respaldar el emprendimiento. Las principales manifestaciones del cambio son las siguientes:

    Mercado Laboral en América Latina, Conclusiones finales:

    Proceso de anorexia estructural en las empresas, con menos personas realizando las mismas funciones. Se observan reingenierías y reestructuraciones (downsizing).

    Las nuevas tecnologías desplazan la mano de obra.

    Aumento del trabajo intelectual.

    Las empresas buscan subcontratar funciones como los servicios, la producción y las ventas, eliminando empleos (outsourcing).

    En el Mercado Laboral en América Latina, se prioriza al personal que agrega valor a su trabajo y que está familiarizado con las tecnologías computacionales.

    El principal capital de una empresa no son las máquinas y los equipos, sino las neuronas activables de su gente.

    Las estructuras de las empresas competitivas son ahora desmontables, descartables, desechables, transportables, franquiciables y virtuales. En medio de todo esto, un ser humano desconcertado.

    Las empresas buscan gente joven y la carrera laboral termina a los 45 años, mientras que las expectativas de vida se estiman en 85 años. Esto pone en jaque nuestro sistema de pensiones, que nos permite trabajar 25 años como máximo con imposiciones y aportes previsionales para financiar 40 años de jubilación.

    Estas tendencias están cambiando la forma en que trabajamos y requieren una adaptación tanto de empleadores como de empleados.

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