Generación “Y” ¿qué hacemos con ellos?


Por Jorge Fernández Belda

En mi trabajo, tengo dos roles que me permiten observar diferentes situaciones y extraer experiencias valiosas a diario.

Como docente universitario, a menudo escucho a mis colegas expresar sentimientos de resignación y frustración al describir a sus alumnos de la siguiente manera:

  • «Están desmotivados, apáticos y desconectados de la clase».
  • «Nos miran como si estuvieran jugando al póker».
  • «No retienen conceptos ni prestan suficiente atención».
  • «Vienen a la universidad solo a pasar el tiempo».
  • «Son tan diferentes a nosotros».
  • «Pasán todo el tiempo enviando mensajes mientras estoy enseñando».
  • «Quieren enfoques prácticos sin comprender el marco teórico».

Como consultor empresarial, los gerentes y líderes de proyectos con los que trabajo suelen confiarme situaciones como:

  • «Nuestros empleados no tienen perspectiva de carrera».
  • «Quieren todo de inmediato y no comprenden el tiempo y esfuerzo que lleva alcanzar esta posición».
  • «Tenemos una rotación del 20%. Capacitamos a los jóvenes y se van después de un año».
  • «Después de las 5 de la tarde, no esperes que hagan algo».
  • «No muestran compromiso con la empresa».
  • «Pasán demasiado tiempo en la computadora sin resultados tangibles».
  • «Inician muchas cosas pero no completan ninguna».

Frente a estas situaciones, nos encontramos con una pregunta importante: ¿quiénes son realmente estas personas y cómo podemos alinear sus comportamientos con nuestros objetivos, ya sea como educadores universitarios o como líderes de equipos en una empresa?

Primero, debemos entender a qué generación pertenecen. Según el diccionario de la Real Academia Española, una generación se define como un grupo de personas que comparten valores, principios, normas y comportamientos similares debido a influencias socioculturales similares durante su educación.

La generación «Y» o Millennials, nacidos entre 1980 y 2000, han sido moldeados por eventos significativos como la explosión de Internet y la globalización. Han recibido una educación masiva y han crecido en hogares tecnológicos.

En Argentina, los Millennials son hijos de la democracia y han sido testigos de eventos como la crisis del 2001, lo que ha influenciado su relación con la autoridad y su percepción del mundo laboral.

En el ámbito laboral, los Millennials valoran la libertad y la estabilidad en la empleabilidad sobre la estabilidad laboral tradicional. No se comprometen con la empresa, sino con sus propios proyectos profesionales y la calidad de vida fuera del trabajo.

Como líderes, debemos comprender y adaptarnos a las características de los Millennials. Debemos construir autoridad a través del ejemplo y la justicia, en lugar de la coerción. Debemos fomentar un entorno creativo donde se valore la contribución individual y se fije y controle el cumplimiento de objetivos claros.

Así es que, liderar a los Millennials requiere un enfoque diferente basado en la confianza, la integridad y la flexibilidad. Es una oportunidad para construir equipos diversos y efectivos, aprovechando las fortalezas de cada generación.

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