Dirigentes de empresas se necesitan

En un mundo empresarial en constante evolución, el papel del liderazgo se vuelve cada vez más crucial. En particular, en Argentina, donde las empresas familiares representan una parte significativa del panorama económico, la necesidad de dirigentes empresariales capacitados y visionarios se hace aún más evidente. En este contexto, surge la urgencia de comprender los desafíos y oportunidades que enfrentan estos líderes, así como de identificar las habilidades y conocimientos necesarios para guiar a sus empresas hacia el éxito en el siglo XXI.

No podemos subestimar la importancia de transformar la mentalidad de los líderes empresariales si queremos impulsar cambios significativos en nuestras empresas.

En Argentina, el 75% de las empresas son de naturaleza familiar, y desempeñan un papel fundamental en la economía, contribuyendo aproximadamente al 30% del Producto Bruto Interno y produciendo la mayoría de los bienes y servicios que consumimos.

Los líderes de estas empresas a menudo toman decisiones basadas en su experiencia, conocimiento y autoridad, así como en modelos familiares establecidos. Confían en su intuición y pueden ser reacios a adoptar prácticas de gestión más formales.

Sin embargo, es crucial que estos líderes estén abiertos a nuevas ideas y enfoques, especialmente en un entorno empresarial en constante cambio. La adopción de prácticas de gestión efectivas puede mejorar la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad a largo plazo de estas empresas familiares.

Es importante ofrecer programas de capacitación y desarrollo que ayuden a estos líderes a expandir sus habilidades y conocimientos en áreas como la gestión estratégica, el liderazgo efectivo y la innovación empresarial. Alentar una mentalidad de aprendizaje continuo puede ayudar a superar la resistencia al cambio y fomentar un ambiente de crecimiento y adaptación en estas empresas familiares.

Los roles y responsabilidades dentro de una empresa han evolucionado con el tiempo, y lo que funcionaba en el pasado puede no ser adecuado para el presente. Si bien en el pasado, el fundador de la empresa podía encargarse personalmente de todas las tareas, desde la producción hasta la venta y las finanzas, en la actualidad se requiere un enfoque más especializado y profesionalizado.

El nieto del fundador reconoce el valor y la visión de su abuelo, pero también reconoce que las demandas y complejidades del mundo empresarial moderno requieren habilidades y conocimientos específicos. Ya no basta con confiar en la intuición o la experiencia personal; se necesitan habilidades técnicas y una comprensión profunda de las operaciones comerciales y financieras.

Por lo tanto, es crucial que los líderes empresariales actuales tomen decisiones basadas en criterios sólidos y objetivos, en lugar de simplemente confiar en la tradición o la relación familiar. Esto puede implicar contratar profesionales calificados para roles clave, establecer procesos y sistemas eficientes, y adoptar prácticas de gestión modernas.

En resumen, si bien es importante reconocer y valorar la herencia y el legado de los fundadores de una empresa, también es fundamental adaptarse a las demandas cambiantes del entorno empresarial actual y asegurarse de contar con el talento y los recursos adecuados para garantizar el éxito a largo plazo.


Es cierto que los balances anuales y los informes financieros son importantes, pero ya no son suficientes en el mundo empresarial actual. Para tomar decisiones efectivas, los líderes necesitan información detallada sobre una variedad de aspectos, desde las preferencias de los clientes hasta el desempeño de los empleados y la eficiencia de los procesos.

Sin embargo, obtener esta información no es suficiente. Los líderes también deben saber cómo analizar y utilizar estos datos de manera efectiva. Muchas veces, los líderes se ven abrumados por la cantidad de información disponible y terminan sin poder tomar decisiones importantes de manera oportuna.

Por lo tanto, es crucial para los líderes empresariales priorizar la información más relevante y tomar medidas basadas en ella. Esto puede implicar la implementación de sistemas de gestión de datos efectivos, la capacitación del personal en análisis de datos y la delegación de responsabilidades para garantizar que la información se utilice de manera óptima.

La situación es clara: los líderes empresariales están abrumados por el trabajo, realizando tareas que podrían delegar en sus empleados y descuidando las responsabilidades que solo ellos pueden asumir. Esto conduce a retrasos en las entregas y a la falta de atención a asuntos importantes pero no urgentes.

La empresa ha evolucionado y ya no puede operar como lo hacía en sus inicios. Los desafíos actuales requieren un enfoque más colaborativo y coordinado, donde cada miembro del equipo contribuya con su experiencia y habilidades para alcanzar los objetivos organizacionales.

Es fundamental que todos los miembros de la organización, desde los líderes hasta los empleados de nivel básico, estén comprometidos con la excelencia y trabajen juntos para ofrecer un servicio de calidad a los clientes. De lo contrario, existe el riesgo de perder la lealtad de los clientes frente a la competencia.

Es evidente que Argentina está experimentando cambios significativos y continuará haciéndolo en el futuro. Ignorar esta realidad no es una opción viable; es necesario reconocerla y enfrentarla de manera proactiva.

En el siglo XXI, el mundo empresarial está evolucionando a un ritmo acelerado, y los líderes de las pequeñas y medianas empresas deben adaptarse rápidamente si desean mantenerse competitivos y sobrevivir en este entorno dinámico.

Para prosperar, estos dirigentes deben cultivar la creatividad, trabajar con eficiencia y estar dispuestos a competir en el mercado. Deben adoptar una mentalidad de crecimiento y buscar constantemente oportunidades para expandir sus negocios.

En el mundo actual, las oportunidades abundan y el crecimiento se manifiesta en una variedad de áreas que requieren coordinación. Es fundamental contar con herramientas que nos ayuden a establecer objetivos, tomar decisiones, anticipar lo imprevisible y estar preparados para lo inesperado.

Hace cuarenta años, Maslow destacó la importancia de los líderes empresariales al afirmar que, en tiempos de declive social, los más valiosos serían aquellos que supieran dirigir empresas. Necesitamos líderes empresariales -con mayúsculas- no solo buenos comerciantes; necesitamos líderes que puedan transformar empresas obsoletas y poco equipadas en organizaciones dinámicas, innovadoras y capaces de asumir los desafíos del crecimiento.

Aunque la figura del líder sabio y exitoso aún resuena en nuestros días, es crucial preparar a los líderes que necesitaremos en el futuro. Debemos tener en cuenta que el mañana llega más rápido de lo que pensamos, por lo que debemos actuar con prontitud para formar a los dirigentes del mañana.

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